Cuando caminaba a mi casa me detuve en un supermercado
Y fui a ver la sección de pescadería
Por la boca de uno de los pescados
se asomaba la cara de Hitler
Y me dijo que se estaba escondiendo
Con ese disfraz de pescado
Que temía al juicio de Nürnberg
Le dije que era seguro salir ahora
Que todo aquello estaba en el pasado
Y podía vivir conmigo si lo deseaba
Sacó como pudo su diminuto cuerpo del pescado
Y subió a la palma de mi mano
Lo metí en el bolsillo
Y me lo lleve a mi casa
Tenía mucho frío y hambre
El pobrecillo desgraciado
Parecía muy solo y desamparado
Comía de mi salchicha diminutos mordisquillos
Y tomaba cerveza que yo le servia en la tapa de la botella
Durmió confortablemente entre una media,
al lado de la chimenea
Cuando desperté me di cuenta de que había música en la sala
Hitler se las había arreglado para poner un disco de Wagner
Estaba haciendo ejercicios matutinos
lucía mucho mas enérgico que el día anterior
Parecía feliz y agradecido conmigo
Mientras hacia las sentadillas,
me invitó a que lo acompañara
Yo acepté.